Las miradas de ángel

Publicado el 8 de Junio de 2008 por Angel en Críticas | Lo que dicen de mí

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Por Cipriano Torres

No me explico algunas cosas. ¿Cómo es posible que alguien con una voz de piedra y tormenta, de caverna donde viven los monstruos más fieros arrastrando sin cesar cadenas de acero, pueda tener una mirada líquida, certera y hasta delicada capaz de añadir a lo mirado matices tan nuevos que parece que acaba de ser creado? Eso me pasa con Ángel Fernández Saura. Eso me pasa con él y sus fotografías. Miro a uno, miro a las otras, y sé que en algún punto de mi cabeza algo entra en conflicto. Pero es sólo un instante, porque si me detengo en la obra del fotógrafo, todo encaja. Es una obra que aúna suavidad exquisita y arrebatadora potencia.Cuando trabaja, y lo he visto con la cámara al hombro, mirando a través de ella, cambiando objetivos, cogiéndola al vuelo para no perder un instante, un gesto, un detalle, un grupo, una cara, parece que no está, que no hace nada, que todo es fácil, que la vida transcurre frente a él para eso, para que su mirada se detenga un segundo y registre el momento. A veces me pregunto, cuando veo sus paisajes, si son puro teatro, si la naturaleza se alía con el artista para embaucarnos al resto y mostrar algo que no existe, porque cuando veo los ríos de Ángel Fernández Saura, los lagos, los suaves líquenes bañados por el rocío de la noche, la alfombra dorada y pura de los desiertos, me asombro y me pregunto si este tipo de aspecto rudo guarda el arma exquisita de la convicción por el método, cada vez más en desuso, de persuadir por el lado más amable, ese que llega a las fibras íntimas de los sentimientos. Su obra es una invitación constante a no bajar la guardia. Por eso nos muestra el paraíso. De nosotros depende conservarlo o destruirlo.Su mirada curiosa no se detiene en la naturaleza. El ser humano está presente como elemento que forma parte de ella, como elemento que la modifica, con su forma de vida, con su manera de habitar el planeta, y como elemento de interés en sí mismo. Y ahí llegan sus retratos y la arquitectura, de naves, de centros de ocio, y ciudades como Nueva York o Madrid, o Murcia o Granada, o alguna aldea perdida de Marruecos. Da igual que vivamos en edificios que rozan el cielo o en cabañas de troncos y paja, en mansiones lujosas o en viviendas de adobe. La mirada de Ángel Fernández Saura parece diseñada para mostrarnos el mundo como si acabáramos de descubrirlo. Y eso es tan fascinante como perturbador.

Comásela o pídale la mano

Publicado el 18 de Mayo de 2008 por Angel en Críticas | Lo que dicen de mí

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Embárquese, huyendo de todo, sobre el lomo misterioso de esta sardina/espejismo que han construido para la eternidad Ángel Fernández Saura y José Luis Cacho.

Naveguen por la memoria meciéndose en los recuerdos de un mar hirientemente azul canalla, placentero, embaucador y jubiloso. Pongan rumbo sobre ella a una isla de ensueño y vino dulce, lugar de dioses y gozos del que al partir se siente un latigazo en los cinco sentidos y en el alma carnosa.

Nada es igual después de respirar su aire inexplicable y de besar con la sal en los labios del último baño, al que nos lanzamos desde el lomo apetitoso de esta sardina que recuerda a todos los animales prehistóricos.

Rumbo a la isla dorada a fuerza de tanta luz, se sentirá usted viajero, conquistador, guerrero, amante: vivo, se sentirá vivo. Se imaginará por allí a Alejandro Magno, que en su día le precedió en el viaje, y se dirá para consolarse que, al fin y al cabo, si él confirmó su origen divino en el oráculo de Zeus-Amón, en el oasis de Shiwa, usted ha confirmado su origen mortal y lacerado sintiendo escalofríos de emoción visitando la tierra sagrada de Delfos.

Desde la sardina contemplará el mundo y éste será más hermoso, mirará el oleaje y se diluirá en él. No tema que durante la travesía palpitante surjan de las aguas, para jorobarle el invento, los Lestrigones y Cíclopes a los que alude Kavafis en ‘Itaca’, el poema que acompaña siempre a quienes se empeñan en hacer realidad sus sueños.

No tema tampoco al fiero Poseidón, porque hay otros temores más urgentes y próximos, menos literarios y másobscenos, más irritantes y menos excitantes: la actualidad nos golpea la cara con millones de crímenes.

La sardina esplendorosa de Fernández Saura y Cacho no es Moby-Dick, no es un ángel de la guarda, no es un volcán ni un corazón sangrante.La sardina de estos dos artistas está para comérsela con raspa incluida, para tratarla como a una reina o para quemarla entre aclamaciones en las Fiestas de Primavera.

Antonio Arco

La fuente. el ojo

Publicado el 11 de Mayo de 2008 por Angel en Poemas | Lo que dicen de mí

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Por Soren Peñalver

Die Träne, halb,die schärfere Linse, beweglich,holt dir die Bilder” (*)

Paul Celan

A Ángel Fernández Saura

Sombra y luz de un rápido pensamiento, ilustración del alma en la mirada, recinto del tiempo. Todo ello, todo aquello, opuesto o anteriora la palabra, vacilante indicadora del mundo ocupado por uno. Y aquí el ojo, cerrado, abierto. La fuente, el misterio de la línea que te separa –por ello vives-de la realidad insistente, imparable, del mundo también por ti ocupado.

(*) “La lágrima, a medias,/ el más penetrante cristalino,móvil,/ te capta las imágenes”.